Treita aprendices en el monasterio.


En el monasterio, treinta jóvenes aprendices recibían instrucción de un sabio maestro, quien relataba esta historia.

-A dos hombres de semejante condición social les había sido diagnosticada una enfermedad mortal, tenían los días contados; ambos eran lo suficientemente maduros para saber que nada se llevarían consigo al más allá, sin embargo uno de ellos lloraba y se lamentaba día y noche, a pesar de que sus familiares no lo dejaban ni un segundo solo, él argumentaba lo siguiente una y otra vez.

“¡Que injusto es todo esto! Yo, que siempre he apreciado a la creación en su conjunto, el vuelo de un ave, los colores del cielo, el sentir del arco iris, y ahora todo está por acabarse, no los volveré a ver jamás ¡Soy tan joven! tenía tanto por hacer, ¡Quería ver crecer a mis hijos! . . “

-Mientras tanto, el otro hombre trató de despedirse de cuantos buenos amigos y familiares tuvo, disfruto cada momento de la compañía de los suyos y trató de instruir a sus pequeños hijos, del mayor número de recomendaciones aprendidas por él a lo largo de su vida.

“Queridos hijos míos, antes de perder la razón quisiera darles estos consejos que había reservado para una mejor ocasión: Jamás juzguen a su prójimo por su vestimenta o por su condición, jamás se burlen del que está en desgracia, del que vive en la oscuridad, del que se encuentra en prisión. . . “

-Y sin existir en este mundo, fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla, los dos fallecieron como se había predicho.

El silencio colmo el salón, mientras los monjes trataban de encontrar la gnosis encriptada en la historia que su maestro recién les había contado, después de algunas horas el sabio se dirigió a ellos diciendo.

-Solo tres palabras queridos aprendices, tan solo tres palabras. . . Sufrir es Opcional
.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
continuando con la iluminacion budista, la base del sufrimiento es el deseo. Muy bueno Ed. felicidades.
Anónimo ha dicho que…
exacto...

optimismo: ver el vaso medio lleno es razón para saber que nuestra sed será saciada y nuestra vida será salvada...

¡suerte...!

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